de qué está hecha la fotografía?
Todo bello, Comuna? Aquí su amigo j.fotom en vez primera por aquí…
Originalmente les quería presentar un ensayo que se iba a tratar sobre La fotografía en conciertos y sin embargo, el resultado no terminó por llenarme por completo. Por ende he decidido resembrar la semilla que brotó de ese ensayo en otra macetita, una más apta, tal y como se hace con un brote al que se le desea ver florecer con flores llenas de vida, y de paso, vulnerarme un poco frente a ustedes, mis queridos lectores. Esto con la finalidad de aprovechar el espacio con algo que merezca la pena ser leído.
La democratización de la fotografía, a nivel mundial en general, pero con especial énfasis en lo que acontece en nuestras tierras de tuna roja y tuna verde, ha planteado bastantes inquietudes al rededor del escrutinio de lo que es o no es la fotografía. Esto siendo alimentado, creo, del debate tan necesario que nace con la presencia de las IA´s. Aunque una breve búsqueda a los ensayistas europeos, useños, y demás banda de la que no deseo atosigar este ensayo, ya se preguntaban con una pregunta. ¿Qué es la fotografía?. Y no hablo de su química o su física, incluso de su mecánica. Hablo de su escencia. De su ser.
Del ensayo original, retrato en citación su tallo menos verde y más jugoso: “Entonces y de repente siento que el que haya más cámaras es, tal vez, un síntomas de que la fotografía en efecto, como alguna vez lo leí, se nutre de recuerdos”.
La fotografía, se nutre de recuerdos. Aunque no sean palabras mías las siento muy adentro. La fotografía se nutre de recuerdos.
Qué bonito suena esta frase tan sencilla, ligera y veloz. Aunque fatal, como una bala que atraviesa con velocidad sobre humana, lo que imposibilitan cualquier reacción de defensa, a la cuna-de-las-ideas que ahora aloja esta frase y la deja habitar; la fotografía se nutre de recuerdos.
Quién fotografía por la calle sabe a lo que me refiero cuando de pronto, en medio de ese vació creado frente a la pantalla del dispositivo, donde se encuentran las esperanzas de hallar algo bello. Nos responde la frustración con su voz tenebrosa al encontrar un sin fin de fotos que suenan a rutina, como la rutina que buscamos romper cuando apretamos el click. Fotos que parecen llenar espacio en la memoria, pero que nos rehusamos a borrar… Esa sensación de que esa foto, o fotos están hechas de nada.
No hablo por todas las fotos, de hecho yo creo que todas las fotos tienen el mismo derecho a existir, al fin y al cabo, ya están tomadas. Por lo tanto, en lo personal, no las borro. Esto a pesar de que no tengan un fin estético, y muchas veces, más de las que me gustaría falten a mi auto-impuesto estándar de calidad.
Sin embargo no puedo no negar que de un tiempo para acá, en lugar de tirar como solía tirar, he pensado en más de una ocasión si debería siquiera cargar con la cámara al sitio que voy o iré, o si la foto que estoy encuadrando la voy a poder habitar luego (aún cumpliendo incluso con un estándar estético). Esto va de la mano con la frase antes citada. La fotografía se nutre de recuerdos.
Creo, al menos por el momento, que he encontrado una especie de filosofía fotográfica interna. Y me gustaría, sobre todo, saber que opinan y aún más saber la suya propia.
Hoy creo que esos recuerdos responden a mi estado de ánimo. A veces recurro a re-ver mi trabajo solo para saber cómo era que estaba mi lívido en aquel instante decisivo. O si sigo en el mismo camino. A veces solo a través de las fotos que tomé es que puedo permanecer en ese recuerdo y habitarlo como una memoria, llena de perfumes, de cercanías, a veces incluso de diálogos (internos y externos), volver a habitarme en un espacio-tiempo, al que sé, no volveré a habitar pero que alguna vez pertenecí. Y reconocerme, consolarme, decirme lo que no me pude decir en aquel momento, o, simplemente volver a experimentar la felicidad que me provocó estar en ese momento y haber tomado esa fotografía.
Hoy, puedo reconocer, gracias a otros y a un camino trabado con hieles y pintado con mieles que de aquello de lo que está hecha la fotografía es de memorias y recuerdos, sensaciones y estados mentales más propios de la poesía que de la fotografía, pero que ambas se entrelazan como dos hilos que se sujetan y hacen uno. O al menos eso funciona para mí.
Así como las cámaras abundan en este mundo. Las preguntas lo deberían de hacer, y las flores, y las memorias. La fotografía ya no está hecha solo de recuerdos, es una memoria. Y si alguien más la puede habitar. Quiere decir que tuve la oportunidad de retratar aquella voz que nutre a mi voz.
Muchas gracias querida comuna de calle. Espero, ver y saber pronto, de aquello que están hechas sus fotografías.